lunes, 28 de febrero de 2011

Televisión, interacciones sociales y poder.

Partiendo de la base que la televisión es un medio comunicativo cuyo fin es tenernos entretenidos para restar importancia a cosas importantes que están pasando en la calle, en el día a día,  creo que desde que tengo uso de razón la televisión se ha centrado únicamente en desculturalizarnos, se suprime la información más relevante de los informativos y los programas son auténticos teatrillos para intentar captar más audiencia donde se diviniza mas a aquel que en su cama recauda mas trofeos que al que ha conseguido por ejemplo un medicamento capaz de salvarle la vida a unas personas.

Creo que esta desinformación está hecha totalmente a propósito y que es un medio para un fin, este fin es poder controlarnos en todos los aspectos de nuestras vidas, elegir que comprar, como ir vestido e incluso como pensar, como borregos de un rebaño.

Partiendo de la máxima que eres lo que comes y aplicado en concreto a este tema, nos estamos convirtiendo en personas sin escrúpulos, sin ningún tipo de principios y por supuesto estamos empezando a perder habilidades sociales.

Quizá nos hayamos convertido en una sociedad cómoda, que es más fácil hacer caso a lo que nos dicen que investigarlo por nosotros mismos y ver todo desde un punto de vista más objetivo, no utilizando la lógica y aceptando lo que nos quieren inculcar sin que sea nuestra propia experiencia la que nos lleve a pensar y a ser nosotros mismos.

La televisión es parte del sistema político de todos los países independientemente de los ideales del partido que gobierne intentando hacer sus propias ideas``nuestras´´.

Hace 40 años durante el Franquismo, la televisión utilizaba la copla y los toros para mantener entretenida a la gente y no dar información mas allá de lo que les interesaba a ellos y ahora la televisión se basa en debates políticos muy ``light´´ ocultando todos los exponentes de la mesa, la información más importante y decorándolo para no llegar al fondo de las informaciones relevantes camuflando la verdad sobre un debate mediante chascarrillos y broncas entre debatientes.

El 80% de la televisión en nuestro país se limita a programas en los cuales los participantes de estos no tienen cultura, hablan sobre terceras personas desde el desprecio solamente para crear polémica y así hacernos hablar al día siguiente de ellos y así evitar que la gente piense en cualquier maniobra política que es más importante para nuestra sociedad.

Por ejemplo, ¿Cuánta gente en la calle puedes oír hablar sobre el debate de la legalización de Batasuna? Cuantos, ¿el 15%? Sin embargo, ¿Cuánta gente ha hablado del programa de la prueba del polígrafo a Belén Esteban? Está claro, el 85 % restante. Esto es el claro reflejo de nuestra sociedad, cómoda, superficial donde prima la frase de que el fin justifica los medios.

Mi reflexión sobre todo esto es que cuando hablo con la gente, sinceramente, siento vergüenza. Porque acatan como verdad cualquier información que les llega a través de televisión, incluso cosas que son esenciales en su vida en lugar de contrastar información con distintos medios e incluso siguiendo su propia lógica, les basta con quedarse en lo que quieren que oigamos, pensemos y polemicemos. 

domingo, 20 de febrero de 2011

Redes Sociales.

Se llega a un punto en el que se olvida lo positivo del avance.

Actualmente es lo que está ocurriendo, estamos de acuerdo en que el progreso es paradójico, conforme conquistamos novedades, estas traen consigo aspectos perjudiciales.

Esto es lo que ocurre actualmente con las redes sociales, ¡la gente las tiene miedo!, las caracterizan como inútiles, como peligrosas, dicen sobre ellas que se convierten en una forma negativa de sociabilizarse, y bien, ¿no creéis que el secreto se encuentra en saber utilizarlas?, ¿qué pasa con las ayudas que nos proporciona?, ¿con las facilidades que nos dan para comunicarnos?, ¿con el entretenimiento que nos ofertan?, no se puede olvidar el objetivo fundamental de estas.

En el mundo en el que vivimos, en el que todo va deprisa, al menos dejemos un pequeño espacio para lo verdaderamente importante, el contacto, sea como sea, está claro que la ficción no supera a la realidad, pero ayuda a sentir cerca a quienes no lo están físicamente.

Seamos precavidos, aprendamos a dar el uso adecuado a lo que tenemos a nuestro alcance, enseñemos a los que son más inocentes los peligros a los que se enfrentan, y así, disfrutemos de los pequeños regalos de los que disponemos.

martes, 1 de febrero de 2011

Mafalda.

"¿Por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante?"

"¿No sería más progresista preguntar dónde vamos a seguir, en vez de dónde vamos a parar?"

"Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo Importante”
.
"Dicen que el hombre es un animal de costumbres, más bien de costumbre el hombre es un animal."

"¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?"

"¿No será acaso que ésta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?"

"El mundo está malo, le duele el Asia".


Frases para reflexionar, para pensar, para cambiar, para luchar, para darse cuenta de la realidad.
A veces tenemos que pensar en la coherencia de lo que dicen los más pequeños, aquellos que ven lo que ven sin apenas interpretaciones, más allá de lo evidente.

Peace.

 “La paz duradera es premisa y requisito para el ejercicio de todos los derechos y deberes humanos. No la paz del silencio, de los hombres y mujeres silenciosos, silenciadas. La paz de la libertad - y por tanto de leyes justas -, de la alegría, de la igualdad, de la solidaridad, donde todos los ciudadanos cuentan, conviven, comparten.

No basta con la denuncia. Es tiempo de acción. No basta con conocer, escandalizados, el número de niños explotados sexual o laboralmente, el número de refugiados o de hambrientos. Se trata de reaccionar, cada uno en la medida de sus posibilidades. No hay que contemplar solamente lo que hace el gobierno. Tenemos que desprendernos de una parte de "lo nuestro". Hay que dar. Hay que darse.

¡Los derechos humanos! En los albores de un nuevo milenio, ésta debe ser nuestra utopía: ponerlos en práctica, completarlos, vivirlos, revivirlos, reavivarlos cada amanecer. Ninguna nación, institución o persona debe sentirse autorizada a poseer y representar los derechos humanos ni menos aún a otorgar credenciales a los demás. Los derechos humanos no se tienen ni se ofrecen, sino que se conquistan y se merecen cada día”.

La paz es un viaje, un proceso que no tiene fin. No se ha de celebrar tan solo un día al año, sino segundo a segundo. Debe ser algo mundial, universal, lo cual empieza, por lo personal.