Después de compartir con todos vosotros un poquito de mí, quería despedirme...
INDIGNARSE NO ES SUFICIENTE
La revolución de sol, nace como un movimiento de inconformismo por parte de los jóvenes madrileños, pidiendo una democracia real. Todo empezó como una inofensiva movilización que ha llegado a tomar proporciones de una gran revolución, ahora allí se concentran personas que se han movido libre y voluntariamente a través de las redes sociales, los conocidos mas usualmente como la generación almohadilla, 15M, acampadasol, spanishrevolution, nonosvamos… son algunos de los pseudónimos con los que se conoce a este grupo de personas que sin ser parte de ningún partido
político, ni de ninguna asociación, les une una vocación al cambio.
Están ahí por dignidad y solidaridad, lo hacen por un bien común, en busca de una sociedad nueva, que dé prioridad a la vida por encima de los intereses económicos y políticos, abogando por un cambio en la sociedad y en su conciencia. Se unen allí para demostrar el inconformismo existente por parte no solo de los jóvenes, sino de la gran mayoría de los españoles, luchando por sus ideales mediante vías pacificas y primando el dialogo ante la violencia, este movimiento se ha extendido por toda España y ha abierto fronteras a lo largo del mundo.
Muchos son ya los que han sido atrapados por los principios de esta manifestación pacífica, y muchos los que se hacen eco de su disconformidad a través de sentadas y carteles que dictan el descontento y la rabia que existe por un gran número de la población.
No hay que olvidar que la intención de este movimiento es promover una democracia más participativa. La sociedad civil española protestamos, estamos preocupados por el panorama político, económico y social existente, marcado por la corrupción. Esta circunstancia se agrava por nuestra indefensión ante la ausencia de un estado de derecho.
Por todo ello, considero que las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica, el desarrollo, el bienestar y ante todo, la felicidad de las personas. Y no el poder, el dinero, la codicia, la avaricia, la desigualdad y las injusticias.
Queremos un cambio y un futuro digno. Estamos hartos de reformas antisociales, de que nos dejen en el paro, de que los bancos que han provocado la crisis nos suban las hipotecas o se queden con nuestras viviendas, de que nos impongan leyes que limitan nuestra libertad en beneficio de los poderosos. Hartos de que en esta democracia por y para el pueblo, lo último que exista son las personas.
Acusamos a los poderes políticos y económicos de nuestra precaria situación y exigimos un cambio de rumbo, YA.
Un cambio que tenga por principal objetivo cubrir las necesidades básicas de todos y cada uno de los seres humanos, y decir adiós al “mucho para pocos, y poco para muchos”.
Creemos en esa democracia real, en la que los ciudadanos son consultados, tenidos en cuenta, respetados y no manipulados bajo la perversa ingeniería social creada por los partidos políticos.
Es misión de todos lograr una reforma de la ley electoral, para que los votos de todos los ciudadanos de España, cuenten igual en el reparto de escaños. Conseguir una verdadera separación de poderes; independencia total de la justicia, del poder político y reforma del Senado, para que tenga un papel real, y no siga siendo un mero trámite para el Congreso. Una regeneración política; listas abiertas, supresión de la financiación pública de los partidos políticos, inhabilitación perpetua para cargos públicos condenados por corrupción, supresión de los privilegios injustificados que conllevan los cargos públicos, publicación de sus patrimonios personales antes y durante el ejercicio de sus funciones, etc.
Y bien, ahora es inevitable plantearme una seria de preguntas, ya no como educadora social, sino como persona; ¿Nuestra democracia está abierta a escuchar lo que piensa y opina el pueblo?, ¿Los políticos se han hecho eco del descontento actual que existe entre los españoles?, ¿Los recortes sociales seguirán siendo grandes perjudicados en esta crisis?, ¿Esta llamada de atención será suficiente para que la clase política haga un cambio constitucional?
La eliminación de los privilegios de la clase política, el empleo, el derecho a la vivienda, los servicios públicos de calidad, el control de las entidades bancarias, la fiscalidad, las libertades ciudadanas y la democracia participativa, así como la reducción del gasto militar, son las consignas que lanzamos los indignados a nuestros políticos, a los cuales no solo valdrán las promesas, sino los actos serios y concluyentes de cambio, porque si hay algo que nunca les pertenecerá es nuestro libre pensamiento, nuestras ideas y por supuesto, algo que hemos ocupado ya miles de personas, la calle.
NO HAY PAN PARA TANTO CHORIZO