“Vivimos esperando siempre el máximo de las máximas cosas, porque eso es exactamente lo que nos han vendido. Cuando igual habría que fijarse en aquello que decían nuestros abuelos, que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”.
Darse cuenta de las cosas verdaderamente importantes parece cada vez más complicado, en la sociedad superficial en la que vivimos eso de la igualdad es una utopia, aquí es mejor el que más tiene y el que responda al canon físico establecido… Pero no, eso no ha de ser así, debemos aprender y enseñar que en cierto modo el conformismo es positivo, se ha de aprender a vivir la vida que te ha tocado, apreciando lo bonito que esta en tus manos.
Como educadores y sobretodo, como personas, debemos mostrar lo mas bonito de nosotros, potenciar nuestras virtudes, y enseñar a todo el que este en nuestro camino que los que nos gusta de ellos, es que sean ellos mismos, porque estamos enamorados de su compañía, de su existencia, que al fin y al cabo es lo único, y lo mas importante.
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